Niños/as que están desorientados, que han bajado su rendimiento, que no se valoran o sienten que no les valoran lo suficiente, y bajan la cabeza y la mirada, porque tienen dolor emocional.
Adolescentes que están sufriendo bullying o cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre estudiantes de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado tanto en el aula, como a través de las redes sociales.
Niños/as que no logran mantener la atención dificultando el rendimiento académico.
Niños/as que controlan sus impulsos y por tanto las consecuencias para si y otras personas de sus actos.
Niños/as que no logran estarse quietos creando un caos a su alrededor, dificultando sus aprendizajes y un desgaste familiar, porque al cabo del día, si lo piensas, pasas más tiempo diciéndoles lo que hacen mal, que lo que hacen bien, dificultando el desarrollo de una autoestima adecuada.
Niños/as, cuyo desarrollo parece más lento, diferente, con necesidades muy específicas para desenvolverse con autonomía, satisfacción y mayor inclusión.
Niños/as que han caído en adicciones con o sin sustancia (móvil, whatsapp, internet) y ves cómo se muestran irritables, restringiendo cada vez más su tiempo a el objeto de su adicción: la tablet, el móvil, el ordenador, la comida, etc.
Los hábitos de hoy, son la personalidad de mañana. No hay una etapa tan importante para forjar el destino que la de nuestros niños/as y adolescentes.
El momento para actuar es ya.