A veces, los conflictos nos convierten en una persona que no somos, y lo único que queremos es llevar razón y hacer pagar a la otra persona el daño que, nos ha hecho o que creemos nos hará. A veces, sometemos nuestras decisiones a un tercero (juez), perdiendo la libertad de decidir. Cuando se acude a un tercero para que decida, habrá un ganador y un perdedor. Si el juez dice que ganas, hay un perdedor, y el conflicto continúa. También puedes perder, entonces el rencor te acompañará. La mediación puede ayudarte a resolver realmente el conflicto, evitar el desgaste emocional, y no perder la libertar de decidir.
Mediante la asistencia de un tercero, neutro, imparcial, que no decide ni opina, sólo guía el proceso de comunicación, llegarás a acuerdos negociados, en las que ambas partes ganan y se resuelve el conflicto.
Si quieres ser una persona ganadora, sin que haya otra que pierda y seguir tomando las decisiones de tu vida, la MEDIACIÓN, puede ayudarte a recuperar el equilibrio perdido; a evitar el desgaste económico y emocional.